domingo, 27 de septiembre de 2009

CULTURA Y SEXUALIDAD JUVENIL

Abancay 27 de setiembre del 2009.
Por Kenny Villar Azurín.
Durante los últimos veinte años las universitarias públicas del interior del país viene incrementándose de estudiantes emergentes, procedentes directa o indirectamente de sectores rurales y/o marginales. Ese es el caso de las universidades públicas de las regiones de Cusco, Apurimac, Huancavelica y Ayacucho. Este fenómeno tiene muchas causas, la migración convulsiva producto de los conflictos político militares de los ochenta, los impactos de la globalización y la necesidad de inclusión en la cultura contemporánea. Para la mayoría de la sociedad, la universidad se ha convertido en un medio y/o soporte de “progreso” en la difícil tarea de sobrevivencia urbana.

1-Causas que limitan el desarrollo cultural de la sexualidad en los jóvenes.
La formación escolar, así como la formación familiar, arrastran profundos rezagos tradicionales, altamente peligrosos que limitan la formación personal y profesional de los jóvenes. Existe una contención voluntaria en los chicos producto de esa folklórica manera del modus operandi en ciudades que conservan profundos raíces de tradición colonial, irónicamente este problema va mas allá de los esquemas socio económicos.

Ese es el caso de la clase media baja de estas regiones, que vienen retroalimentándose de una absurda tradición. La mayoría de los estudiantes de esta clase proceden de colegios privados manejados por el clero, complementados por la formación que reciben dentro de la “familia nuclear”. Contención que reprime la libertad psíquica y sexual de los chicos. La imparcialidad con que nuestros jóvenes se enfrentan a los fenómenos externos como la globalización, la interacción voluntaria, su precaria formación moral, intelectual y sexual representa la causa más evidente de un histórico problema que jamás se asumió con seriedad.

De este modo recibimos una generación juvenil fracturada y endeble, incapaz de afrontar su sexualidad con responsabilidad. La juventud rebajado a una alegoría animada, condenado a una efímera estructuración coyuntural del consumismo, objeto de uso y reuso, el joven sometido a la prostitución moral e intelectual mas desvergonzante; nadie cuestiona el origen del problema juvenil por que estremece a los propios protagonistas académicos. Nosotros entendemos que la distancia que separa entre las generaciones, no es otra cosa que una lucha intergeneracional por la apropiación del espacio.

La contención es una forma de educación, que reduce y comprime la naturaleza del hombre, aquella exacerbada energía juvenil debe de ser canalizada por un sistema de educación, dicha práctica permite un equilibrio armónico entre jóvenes y adultos, la institucionalidad y el orden.

El conducto unidimensional permitirá un mayor control del espíritu juvenil, en ese sentido la juventud contemporánea en nuestro país, es un crisol asimilativo que conserva una análoga forma de ser y parecer ante la sociedad, que responde a intereses similares, en sus centros de estudio, relaciones sociales y conducta generacional; los chicos dentro de las universidades conserva una cultura común, puesto que la mayoría de ellos proceden de familias paternalistas y sobre protectora; eso esta claro y no hay de que alarmarse.

La conducta sexual de los jóvenes en las universidades peruanas no son otra cosa que el efecto de una contención, que tiene un origen marcadamente estructural, donde la ignorancia de los padres y el desinterés de los profesionales forman parte de ese malestar, que va más allá de la propia moral y el antojadizo humor del aparato del Estado.

2-Percepción juvenil sobre el sexo.
La percepción sobre la sexualidad en los estudiantes universitarios refleja la intencionalidad de los medios; hacer del sexo un tabú. Debido a la escasa cultura que se tiene al respecto. No obstante la vulgaridad como se abordan los temas de la sexualidad reduce la imagen femenina a favor de una virilidad imaginaria. El concepto de sexualidad es repletamente folklórico, tanto en los varones y mujeres universitarias, los discursos y la práctica sobre el tema son aberrantes, donde la doble moral juega un rol importante; la aceptación a medias que trastoca los valores y razones de ser e inclusive la identidad misma de los jóvenes.

La práctica sexual como tal responden a ritos folklóricos, no existe sexo abiertamente saludable, de mutuo encuentro y que construya valores y afectos humanos, más bien son prácticas de desahogo, de catarsis y explosión de represiones internas, que son resultados racionales de una educación enfermiza. Es por ello que los chicos planifican la práctica de su sexualidad mediante recurrentes formas, como valerse del alcohol por ejemplo, para demostrar una angustiada liberalidad. El caso femenino es aun peor, no solo recurren al alcohol, en muchas de las ocasiones la practica sexual responde a algún interés de sobreprotección y seguridad personal, afectiva y en el peor de los casos hasta económicos sin siquiera cuestionar sus gustos, atentando de este modo contra su propia dignidad femenina.

La practica sexual en los jóvenes peruanos es ingenua, candida e inclusive moral, no se a que estupidez mas se puede reducir la dignidad de los jóvenes, cuando los primeros criminales en atrofiar la integridad de los jóvenes es el propio aparato del Estado y sus avejentadas instituciones, a ello se suma la perversidad del clero y los medios de comunicación tradicionales, sobre todo aquellas de señal abierta emitidas desde la capital.

Conclusión Crítica.
Una de las cosas alarmante que hemos podido constatar en la ciudad de Huamanga es la ausencia de espacio juvenil. No existe un lugar de esparcimiento donde los chicos pueden impartir sus facultades, conocimientos o discursos culturales. Es inconcebible que en una ciudad con un alto índice poblacional no cuente con centros culturales, bulevares o espacios alternativos. Una sociedad cuya exigencia hacia la modernidad merece una pronta afluencia a esta natural demanda.

El Centro Cultural de UNSCH y los reducidos circuitos culturales, no son suficientes para el desarrollo una cultura juvenil. La absurda clausura de las discotecas incrementa más los problemas de la juventud urbana, la obligada manía de justificar las viejas costumbre tradicionales, con reglas excesivamente tontas y sin un previo análisis socio cultural, no son otra cosa que una intrascendente imposición. Un claro ejemplo que vimos durante nuestra corta estadía en la ciudad de Huamanga, fue la absurda y grosera costumbre de obligar a los adolescentes, llevar en andas una imagen o tótem católico que represente a algún colegio, eso para nosotros es un crimen imperdonable que debe de ser reprimido lo mas pronto posible, basta de alegorías absurdas, los jóvenes merecemos el respeto de nuestra dignidad. (**)

(**) Las autoridades de Ayacucho carecen de autoestima y capacidad de gobierno, la violación del espacio por parte de los conductores de origen popular reducen los valores sociales sin medir las consecuencias. Ayacucho es el claro ejemplo de la anarquía popular del Perú contemporáneo. Pero el caso de esta ciudad es un ejemplo que tipifica al resto de las regiones del interior del país; la misma tontería lo podemos ver en Abancay, Cusco o Arequipa.

El joven del país necesita una urgente reflexión sobre los valores absurdos y los patrones estéticos que se conservan dentro de la familia nuclear y las instituciones formativas, que se han convertido en un escollo contra el desarrollo contemporáneo y la libertad de expresión e interpretación, pareciera que los peruanos no hemos aprendido nada sobre cultura fraternal y ciudadanía, en una época como las que nos toco vivir.

Nadie es consciente de que más del cincuenta por ciento de nuestro aprendizaje es eminentemente informal y voluntaria, la pedagogía se ha reducido y cada vez se reduce mas ante los impactos virtuales; ¿Es que acaso nadie quiere entender que la democratización cultural cada vez es mas frecuente en espacios como el Perú?, ¿A que se aferran los ortodoxos patrioteros? No es posible que sigamos siendo victimas de un absurdo paternalismo que lo único que hace es reducir la dignidad de los jóvenes.

Conforme la globalización se impone en nuestros contextos, se incrementa cada vez la distancia entre la generación adulta y juvenil, no es que la globalización tenga esa intención sino que las cosas se están presentando de ese modo, esto para nosotros tiene un significado muy particular que merece ser evaluado. El ritmo de los jóvenes es mas acelerado frente a la pasiva acción de los adultos, en ese sentido la folklórica manía de operatividad, debe también de sufrir cambios por una razón lógica, antes que desaparezca por fuerza de una demanda psíquica, y eso no significa perder la identidad social como muchos dogmáticos y chauvinistas aseguran, por el contrario fortalece el espíritu de una sociedad ansiada por la modernidad.

Existen programas radiales y televisivos de hondo contenido perverso y degenerativo que insisten en trastocar la estructura mental de los jóvenes del interior del país so pretexto de contribuir en la solución de un síntoma. La brutalidad de los medios capitalinos es tan grande que solo se reducen a criterios morales, discursos absurdos e insustanciales, que reflejan su perpetuo quebrantamiento, lo peor de todo es que tienen una percepción colonialista y marginal, taras históricas que hasta la fecha no han superado, pese a los impactos migracionales que vienen experimentando desde hace mas de sesenta años.

Esas son las causas que perjudican la formación integral de nuestros chicos. La forma aberrante como se asume la cultura y la sexualidad en las universidades es solo parte de un problema estructural que compete a toda la sociedad.

martes, 8 de septiembre de 2009

EL ROCK EN ABANCAY


LA JUVENTUD ROCKERA EN APURIMAC
Kenny V. Azurin.

Se trata de un conjunto de jóvenes con cierto grado de potencialidad en el desarrollo de sus facultades sensoriales y que han tomado la música como un recurso indispensable para enaltecer su sensibilidad y desarrollar sus facultades personales. Practica sostenida por una insondable reciprocidad comunitaria y autorreguladas mediante valores que definen la identidad de sus miembros.

Al hablar de rockeros nos referimos a una subcultura urbana que se diferencia por el valor y las interpretaciones instructivas que depositan sobre este género. La nostalgia por el rock no es otra cosa que la trascendencia que este adquiere en el ejercicio formativo de sus integrantes, un valor intrínseco vinculado a sus formas de ser, que pueden ser coyunturales o perdurables en su vida.

Los rockeros abanquinos son jóvenes urbanos, usualmente dependientes de la economía de sus padres, que proceden de los estratos intermedios de la clase media apurimeña, emergentes, migrantes, hijos de músicos o conciudadanos que retornaron a la región.

La subcultura rockera es un crisol social en permanente movimiento, por ella se filtran músicos, seguidores del género, locutores, coleccionistas de discos o melómanos, etc. Se encuentran informados permanentemente, sea intercambiando discos, conocimiento o practicando música.

Poseen fecundas motivaciones y amplio sentido críticos, frente a la realidad, buena parte ellos atesoran su espíritu rebelde ante las animadversiones socio - políticas y culturales del país.

Sus criticas están enfocadas al que denominan cultura basura, impuestas y promocionadas por los medios de comunicación tradicionales. Además existe en ellos hostilidad hacia las entidades culturales del Estado, el descontento con la sociedad y en lo mas extremo su oposición a los valores familiares.

“Porque estamos hartos de vivir presos de la sociedad, del gobierno autócrata y de los viejos,…algunos por aparentar o porque no tiene otra cosa que hacer, mientras que otros por idiotas”. (Richard Quichua Cueva, rockero).

El rockero citadino es un ser sensible de la realidad circundante y del mundo. Entiende la conducta de la modernidad y la afiebrada lucha del sistema tradicional por resguardar la llamada soberanía nacional, entiende también el profundo temor de la mayoría social en asumir la modernidad, concibe que toda esta práctica genere un fratricidio cultural.

El joven apurimeño piensa la identidad como un proceso activo, que se va construyendo mediante el sentido común, pone en juicio la llamada “identidad”, reducida al espacio, que se arrastra como significante histórico, sabe que ese enfoque anula el desarrollo integral del hombre. El rockero denuncia los conceptos tradicionales de resguardo, los trastrocamientos psicosociales y el paternalismo. Lucha por una libertad espacial, que le permita definir su identidad personal frente a la sociedad.

Entiende que la sociedad avanza a un ritmo vertiginoso y que la región apurimeña (debido a la apatía de sus autoridades políticas) sigue postrada, fragmentada y que no ha llegado a consolidarse socio culturalmente como una región activa. Son muchos los factores que lo vuelca a la reflexión, desde las razones históricas, político-sociales, tecnológicas o las ofertas culturales que la globalización propone. Los jóvenes rockeros son también conscientes de la información que bloquea los sentidos de la sociedad, lucha por encontrar y querer oír algo mas humano, profundo y sincero.

Quizá para la percepción de los “muchos”, la práctica musical o la melomanía en ellos, se resuma a lo impertinente, tan solo por lo que huyen de la formalidad convencional del Estado, la sociedad y de la propia familia. El espíritu de fraternidad que caracteriza a nuestra sociedad juvenil es un recurso indispensable, en la aceptación de cualquier fenómeno externo como el rock. “El rock como manifestación cultural, es regenerativo y cambiante, se adapta a las diversas culturas con las que interacciona. El ser humano, inteligente y evolutivo, ha hecho del rock a lo largo de su historia una forma de manifestación a la que ha ido incorporando matices y rasgos musicales, literarios y emocionales de sus propias vivencias socio culturales” (José Antonio Ulloa, Las Nuevas Formas de Promoción del Rock Hecho en el Perú, 2003).
El rock tiene una significancia inconmensurable en los jóvenes apurimeños, porque es un idioma que los unifica e integra mas, además de permitirles establecerse en todo tipo de circunstancia, afirman que si no tuvieran acceso a la música, serian una sociedad desadaptada al mundo real.

Ejercer el rock forma parte de una consciente modernización que les permite la construcción de una sensibilidad y estética nueva, una manera de entender el lenguaje apurimeño, ese es el caso de Uchpa o Warma Llaque, bandas que en su música condensan el carácter y la gestualidad que encubre la cultura autóctona, conectándose hasta en el más insipiente melómano.

Si estas prácticas no son categorizadas como determinantes estéticos, que particularizan el sentido contemporáneo de nuestra juventud, entonces habrá que inventar otra delirante (discurso) que posibilite un entendimiento “jubilar y profundo” a fin, a los sueños de los espíritus muertos, que bastante daño vienen ocasionando desde hace mas de seis décadas.

No es casual que a lo largo de la historia del rock apurimeño, los esfuerzos transitaron por hueros infortunios. Fueron muchas las generaciones jóvenes que arriesgaron con arrojo sus aptitudes por esta música, gran parte de ellos no han llegado a satisfacer sus propias aspiraciones, ni mucho menos las esperanzas del publico. El rock en nuestro medio jamás anduvo debidamente estructurado motivo por el cual las bandas tuvieron una serie de factores que los obligaron a desaparecer prontamente. La intrascendencia de este género en nuestro medio, obedece a una serie de factores y una de ellas es la desatención de las instituciones (adultas) culturales, académicas y políticas de la región.
LA JUVENTUD Y LA MELOMANIA EN ABANCAY:
Kenny V. Azurin.

Melómano, es un termino que proviene del termino griego meloj, canto acompañado de música y mano. Que significa una persona que tiene un fanatismo desmedido por la música, es el que hace de la música una forma de vida y que no puede dejar de oírla.

Posee una prodigiosa virtud como para penetrarse en las melodías y adjetivar voces, sencillamente porque es un observador que se encuentran fuera de los músicos, pero se sumerge en las entrañas de la música y adquiere la consciencia de que en realidad no hay nada que decir respecto a ella. Por más que trate de contar su experiencia musical, sus palabras no logran satisfacer su necesidad, esa es la nostalgia del melómano.

El melómano no produce música, generalmente es un consumidor, esta a un paso de ser critico que músico. Es un individuo culto que pasó a la historia por llevar una indumentaria o por defender el nombre y los gestos de su ídolo. Disfruta de los placeres emocionales que le proporciona la música fresca. El melómano es activo y busca constantemente nuevos ritmos, es como si le faltase algo y va encontrando distintas fuentes para satisfacer su necesidad interna y, puede volver a oír una música con la misma intensidad.
“Almacena discos, es un coleccionista delirante, de grabaciones, en acetatos y elepés, prensados en distintas revoluciones cuando la industria discográfica no era aun el terreno fértil para la piratería publicitaria”.
Existen personas que demarcan la diferencia entre un coleccionista y un melómano. Si bien ambos son cultores de la música, el primero se satisface con tener objetos discográficos que no necesariamente los escucha. Sin embargo tiene una extraordinaria disciplina para conservar discos (fetiches), afiches, etc. El coleccionista es una persona preparada que se preocupa por la obra sonora, la historia sobre los grupos, sus grabaciones, etc. y no hace luz de la tendencia que acaba de descubrir.
El melómano en cambio es un consumidor del mundo sonoro, cualifica su valor estético y filosófico y, tiene una interpretación propia sobre los discos, deshecha la historia o las grabaciones de las bandas; tiene una inclinación independiente, solo para satisfacer su sentido auditivo; un vicio que no le genera problemas mayores, aunque para algunos su actividad se convierte en una obsesiva y recurrente manía.
No obstante ambos son elementos necesarios como fuente de consulta. Si bien en nuestro tiempo se esta perdiendo la mística del coleccionista, debido a los impactos de la tecnología, al reducir el valor objetual de los discos, hay también una espléndida costumbre en los jóvenes por bajar discos del Internet y conectarse mas con el rock.
El melómano es una individuo poderosamente influyente con su entorno, es un elemento acreditado para propagar la música en cualquier persona, a través de el, se puede llegar a descubrir el valor de un genero. La práctica de la melomanía en nuestra ciudad de Abancay es auténtica y muy significativa. A lo largo de la historia del rock en nuestro medio el aporte de los melómanos, consolido la progresiva formación de los iniciados en el rock. Para ser mas precisos se les puede distinguir entre los amantes del blues, el rock & roll de los setenta y el propio metal. En la actualidad es un fenómeno substancial que define la pasión de los neófitos rockero apurimeño.

“Antes habían muy pocos coleccionistas, ahora hay un montón, me atrevería a decir que en la actualidad no existe chibolo que no le guste el rock”. (Ulises Caballero Valenzuela, integrante de Skunk).

La pervivencia y sostenibilidad de la cultura rockera es nuestro medio se debe no solamente al oficio de la música, sino a la practica de la melomanía de muchísimas personas, las mismas que incurrieron en el ejercicio de la locución, recitales y conciertos.

martes, 1 de septiembre de 2009

ESPIRITU NIETZSCHEANO: (La Estetica del Nuevo Discurso Apurimeño)


LO QUE SOMOS EN LA ACTUALIDAD:

Apurimac en el territorio de quiebre, el punto de inflexión, entre lo autóctono y lo occidental. Es una región joven, cuya distintiva cualidad se encuentra en su potencial humano, profundamente estructurada en su estética mestiza y reflejada en la pluralidad de sus manifestaciones culturales. El valor humano se sustenta en la potencialidad y vehemencia de sus hombres, una respuesta consecuente que nutre la integración de su sociedad.

La Gran Nación de Apurimac posee una riqueza sociocultural dinámica y persuasiva respaldada de fuentes equivalentes que a lo largo de los años se mantuvo enraizado. Es una región eminentemente emergente, con altos índices de desarrollo.

Si bien “conserva” una fricción interna, estas apenas son operantes en las acciones políticas. La introspección sociocultural y la autonomía psíquica de los jóvenes, vienen quebrando los resquicios de la regulada percepción política (tradicional). En ese sentido la nueva generación apurimeña se impone en el escenario social, para dar fin a los chascos experimentados a lo largo de la historia republicana de nuestra región, error que debe pronto ser eliminado completamente. La integración nacional, a sido una lucha constante que a lo largo del siglo XX se tomo en practica no con el propósito de una verdadera integración social sino de domesticación de serviles.

Los errores políticos de los últimos veinte años, han llegado a mancillar la dignidad y la integridad de los ciudadanos apurimeños, luego del ridículo intento de “regionalización” que ha generado un resentimiento interno; error del primer gobierno aprista que estamos pagando con creces y desentendimientos.

Diferenciada de regiones históricamente muertas o con altos signos de inoperancia, Apurimac cuenta con una sociedad juvenil emergente, que va en ese sentido de superación, imaginando una superioridad digna; un luchador constante, un héroe social, la misma que le da sentido de integridad y potencia identitaria. Atiende los desafíos sin miramientos y conquista lo imposible exhaustivamente, atinando a la sociedad peruana imposible de encontrarse a su altura moral.


EL NUEVO LENGUAJE APURIMEÑO:
La vulgar y presuntuosa intromisión de la prensa y la intelectualidad tradicional, casi siempre tergiverso el sentido de nuestras demandas sociales, más aun cuando las peticiones se mostraron extremas, afectando la estabilidad del gobierno. No hay que olvidar que casi siempre los gobiernos de turno, nos tuvieron entre las cejas, porque jamás soportaron la frontal demanda de los ciudadanos apurimeños. No es casual la persistente intervención de las fuerzas de seguridad, para arremeter contra nuestra sociedad civil, que aprovechando la declaración del Estado de Emergencia emprendieron con violencia cada vez que solicitamos por nuestras demandas.

Existe artículos periodísticos que ostentan ridiculizarnos, fijan su critica resaltando absurdas complejidades, acentuando diferencias históricas entre las hermanas provincias de Andahuaylas y Abancay. La maquiavélica prensa capitalina, cree que los apurimeños somos unos incivilizados, expelen sus “criticas” sin reflexionar sobre los efectos negativos que puedan causar sus tanteos en nuestras generaciones nuevas.

Cualquier incidente que suceda en el interior de un sistema democrático, sea cual fuere su dimensión y/o carácter, no son casuales y, la sociedad apurimeña hemos entendido bastante bien esta razón. En un “Estado democrático” es tan fácil provocar sensacionalismos, divisionismos o la propia guerra. La dirección política es un sistema pragmático eminentemente represor, con suficientes recursos como para exagerar y mitificar cualquier tipo de operación y/o choques frontales entre las fuerzas militares y la sociedad civil.

Somos conscientes que la crisis nos embiste desde distintos frentes, el éxodo apurimeño que comenzó hace cincuenta años, hasta la fecha no se ha detenido, un error histórico producto de la despreocupación político social, cuyos culpables somos nosotros mismos. La ofuscada lucha de la clase media apurimeña, en la competencia política, solo puede ser calificada como la más vil operación arribista, por otro lado, la fiesta electoral en los últimos veinte años, represento la humillación más flagrante que afecto la integridad moral y social apurimeña, en fin tenemos un sinfín de errores internos que debemos superar, un desafío impertinente a la que ningún ciudadano de la región debe de renunciar. Hablamos de un plan que nos catapulte entre las regiones más fuertes del país.

Consideramos este anuncio como la primera proclama de reflexión, una respuesta a la inoperancia intelectual interna, que nos ha llevado a la postración, y que ha venido afectando la moral y la sensibilidad de nuestros conciudadanos.

Invocamos a la juventud apurimeña a la acción intelectual, a manejar un discurso operativo en salvaguarda de la dignidad y fraternidad de la región. Hemos avanzado mucho en el sentido de la sensibilidad y no podemos retroceder y repetir la historia. Es hora de construir la verdadera región. Solo nuestro espíritu libertario nos arrancara de la postración. Esta denuncia no es una utopia señores, es una realidad, una causa justa y natural; es la voluntad de poder que comenzamos a sentirla desde las entrañas.

Construyamos ciudadanía desde la acción intelectual, seamos los actores de nuestra propia historia de una vez por todas. No más seudo modernismos, ni pasiones folklóricas, la juventud apurimeña necesita cambiar el sentido del sendero. Solo el ejercicio nos podrá ubicarnos en el lugar que merecemos, creo que es hora de demostrar al mundo la capacidad moral e intelectual de una nueva sociedad.

La interdependencia y la interacción de nuestros jóvenes universitarios en los últimos quince años, amplio el sentido de modernización de nuestra sociedad. Los apurimeños nos estamos convirtiendo en una sociedad académica. Cada vez existen más profesionales apurimeños repartidos por todo el territorio nacional y el extranjero, nuestra sociedad se encamina a un desborde social y las demandas culturales y económicas son cada vez más exigentes. Grandes cantidades de nuestros jóvenes procedentes del interior de la región ejercen carreras profesionales en nuestras dos principales ciudades Abancay y Andahuaylas.

En la actualidad Abancay se ha convertido en una ciudad “modernizadora”, la tasa de la población juvenil se incremento por encima del 65% de la población en total, lo que significa que no podemos retroceder en la historia. Por otro lado existe otra mayoría de jóvenes que vienen formándose en universidades de Lima, Ica, Arequipa, Cusco y el extranjero, jóvenes que retornaran a la región, a ejercer su profesión e incrementar el avance. Ese espíritu intrínseco y la profunda convicción de querer ser el mejor, en el apurimeño casi siempre lo consagro, en un ser competitivo, sin duda el valor humano es nuestro mejor recurso.

Existe en la capital apurimeña un fuerte espíritu confraterno, donde la conducta y el valor humano reduce la banalidad convencional del modus operandi económico. Los apurimeños debemos de compartir las razones empáticas y, abomina las tradicionales barreras o los contrastes socio económicos.



EL HURTO DE LA SABIDURIA





LA FIESTA DE LOS AÑASES DEL PACHACHACA